Atracción Fatal: Capítulo 1: Royal Destiny Plaza
Capítulo 1: Royal Destiny Plaza
La noche del quinto centenario del tratado de sangre se llevaba a cabo en Tailandia. En la provincia de Kalasin en los predios del territorio del clan Theerapanyakul. La celebración se llevaría a cabo en uno de los hoteles de 5 estrellas de la provincia llamado el Royal Destiny Plaza.
Siendo los Theerapanyakul el clan anfitriones de dicha celebración centenaria se aseguraban que la abundancia, riqueza y excentricidades se desbordaran por todos lados. Más parecía un Meet Gala de alguna agencia de modelaje, que una reunión centenaria para recordar el tratado de paz entre las diferentes especies.
El tratado de sangre originalmente consistía en reunir a los líderes de cada clan sobrenatural para preservar el balance de las especies que prevalecen luego de la guerra de las mil lágrimas, donde durante mil años las especies sobrenaturales se mataban entre sí, al punto de casi erradicarse. Solo que dando las que más fácil se reproducen. Por lo que no era de sorprenderse que la mayoría de los representantes de esta reunión fuesen humanos, vampiros y hombres lobos.
En esta reunión se solía discutir cómo unir de una manera responsable las comunidades a medida que se atravesara las décadas y cómo llevar a los diversos clanes a acomodarse en un mundo donde deberían coexistir. Pero nunca estaba de más decir " Que del dicho al hecho, siempre existe un largo trecho''. Lo que terminó convirtiendo el tratado de paz más bien en un evento político territorial, más que otra cosa, pues por debajo de la mirada de su visión original todos los clanes tenían sus trapos sucios y negocios especiales. Por lo que no era de esperarse que durante tanto tiempo la visión de lo que era el tratado se hubiese borrado un poco o al menos transformado a algo más.
El hotel se veía decorado con todo los lujos disponibles y la calidad digna de una gala, incluso para poder entrar se tenía que llevar una invitación especial. Ese día se podía ver a los líderes de los diversos clanes independientemente si fueras vampiro, hombre lobo o humano. Por lo que no era de sorprenderse que hubiesen famosos en esa gala o personas reconocidas a nivel mundial. Lo único que dejaba saber que no era una gala tradicional, era el ambiente pesado de tensión y peligro que se sentía en el aire.
-Siempre la misma mierda, tanto lujo metido por los ojos, ¿Para qué, mostrar que siguen siendo un grano el culo para los demás?- dijo una voz irritada, bajo una hermosa capa azul medianoche con diseños celtas hechos a manos. Esto impedía que se le pudiera ver cualquier parte del cuerpo y rostro.
El acompañante del encapuchado comenzó a reírse por eso y le golpeó levemente el costado. - No seas tan mal hablado, nos meterás en problemas en la gala-decía sin parar de reírse aun.
-¿yo?, ¿meterlos en problemas?- dejando ver unas manos hermosas oliváceas con un anillo celta que representa la dinastía Pachara, uno de los clanes más antiguos de lobos.
-Jamás pondría en problemas al clan, a pesar que me hayan obligado a venir a esta estupidez, que me obligan a representar a todos los clanes de lobos, que me obliguen a mezclar mi sangre en un pacto de mierda con vete a tu saber que imbecil grano de culo vampiro y mojigato amante del chupasangres. Pero que yo tenga los cojones de meter el clan en problemas por mi honestidad, no eso jamás- dijo para cruzar las manos con enojo total.
El acompañante se le aguaron los ojos nuevamente por contener la risa y su intento por no perder la compostura y acojonarse allí mismo frente a él. - bien se que estas molesto por la idea, pero piensa que será rápido y solo por poco tiempo- dijo para intentar quitarle hierro al asunto.
- Ping - dijo el encapuchado lentamente para acercarse a él permitiendo que viera su rostro directamente bajo esa capucha. Permitiendo ver un rostro hermosamente esculpido por la delicadeza de un dios dirían algunos.
- ¿Eres consciente que esta mierda, no son unas vacaciones?- hablándole con una voz muy seria.
Ping que hasta ese momento se había mantenido tranquilo se tensó y su risa abandonó su cuerpo. Pues claramente sabían por qué iban allí.
-Santo Dios, sabes que si lo hace- para cambiar su mirada del rostro del encapuchado, poniéndole nervioso.
- Mírame, Ping- dijo cortante y con una nota demandante.
Ping que se había estresado lo miró con molestia, pero al volver a mirar el rostro del joven se relajó. Sonrió al ver los ojos del encapuchado, ya no eran serios estaban relajados y una sonrisa se asomaba.
¿Todo saldrá bien, verdad, Eso vas a decir?- mencionó el chico para suspirar mientras observaban cómo llegaban al hotel Royal Destiny Plaza.
¿Hace falta decirlo?- susurro el encapuchado para volver a su lugar tranquilamente y mirar de reojo el hotel. - No es como si algo que se lleva haciendo por 500 años pueda salir mal, un día como hoy- dijo suspirando despacio.
- ¿Tu temor , es por lo que descubristes verdad?- cuestiono Ping, para acomodar la capa de manera que el rostro de su amigo quedara totalmente cubierto.
- Si -
- ¿Me dirás que has descubierto?-
-¿Crees en las reencarnaciones?-
-La verdad, No. Si las reencarnaciones existieran realmente nunca dejariamos el mundo y sería algo aterrador, estar obligado a volver y vivir todo nuevamente y sufrir más de lo que ya lo has hecho, ¿no sería eso cruel?- dijo Ping finalmente para terminar de colocar todo en su debido lugar y esperar a la señal para poder bajarse del vehículo.
- No lo sé - Dijo el encapuchado despacio para mirar su mano cuidadosamente y observar la sortija de los Pachara,él sentía que no era la primera vez que la llevaba en el dedo. Lo venía sintiendo desde que se había colocado hacía dos semanas. - A veces el destino puede ser muy jodido-
- Eso sí es cierto. ¿Estás listo?- preguntó Ping para abrir la puerta del carro una vez llegaron a la entrada principal. para bajarse y dar rápidamente la vuelta y abrir la puerta del carro .
-No es como si tuviera opción- dijo observando como Ping daba la vuelta al carro y posteriormente le abría la puerta, respiró profundamente para luego votar despacio y bajar del carro. Al hacerlo comenzó a caminar con la elegancia típica de una persona importante con Ping muy de cerca. A pesar de la capucha pudo percibir que varios murmullos disminuían cuando pasaba por la curiosidad que él generaba.
-Buena suerte…- dijo Ping para detenerse a mitad de camino.
- Gracias- dijo mirando a Ping y asintiendo para seguir su caminata hacia la única silla que se encontraba vacía.
- ¿Eres el representante de ? - dijo un hombre mirando una tarjeta sin mirar al encapuchado en ningún momento.
-¿Me estás vasilando? - no pudo reprimir el encapuchado de tonalidades medianoche y plateado.
- tks jeje- el encapuchado que portaba los colores rojos y dorados no pudo evitar reírse y mover su mano a su boca, intentando contener la risa.
- ¿Que le hizo, Reír?- se movió el otro encapuchado que portaba una capucha violeta con tonalidades doradas.El de capucha rojo solo levanto la mano negando lentamente quitando importancia al asunto.
- Es…- Repitió el sujeto que al parecer no estaba renuente en dejar para lo que lo habían puesto a trabajar.
- Esto es estupido - susurro para mostrar su mano, dejando ver su hermosa mano y el anillo del Clan Pachara- Soy el representante del Clan de los Licántropos- dijo despacio. El encapuchado de rojo y dorado al ver el anillo se levantó de su silla y caminó un poco esperando a mitad de camino, algo había captado su atención.
El tipo una vez confirmado le dio la bienvenida y le dejó pasar al asiento. El encapuchado de medianoche, camino sin más hacia la silla, pero antes de llegar noto la presencia del otro y se detuvo en presencia del otro encapuchado.
-¿Pasa algo?- mencionó para levantar, un poco la mirada, solo dejando ver lo justo de sus labios.
El de la capucha roja observó los labios fijamente del que resultaba ser licántropo y tenía que admitir que un estremecimiento le surcó el cuerpo. Eran conocidos, lo sabía y eso le perturbaba.
-¿Tu mano, puedo verla?-
-¿Mi mamo?- mostrando lentamente para que pueda verla y dejando ver el anillo.
- Yo he visto esto antes -dijo lento, olvidando las reglas y tomando la mano del licántropo entre las suyas, con un dedo rozando el anillo.
El de la capucha medianoche, bajó su rostro para ver mejor su mano para ver su toque en su mano y ver que tenía un anillo igual al suyo o casi paresido. Dejando saber que también era un descendiente de una familia principal.
-Tu anillo es como el mío, por eso es que lo has visto- susurro despacio, queriendo alejar su mano del toque, el cual en el fondo no era que no le desagradó, pero le confundida que le agradara un toque de un desconosido.
- No- dijo seguro y firme para aferrar la mano del licántropo con fuerza, haciendo que lo mirara con desafío. Ese acto le permitió ver directo a los ojos del chico, si bien no le podía ver los rasgos por la oscuridad que provoca la capucha de color medianoche, los brillantes ojos en un amarillo opalo delataron el enojo del contrario. Lo que provocó una sonrisa fría y a su vez puso sus ojos rojo sangre aceptando el reto que le ponía su oponente.
-Suéltame-dijo siseando lentamente las palabras, al notar los ojos rojo sangre en el contrario brillar a pesar de tampoco poder ver su rostro.
- Arrodíllate ante mí - con una voz seria y dominante.
- No -
-¿Quieres morir?-
- El que tenga miedo a morir, mejor que no nazca- mirándolo con una mirada desafiante.
-¿Sabes que soy vampiro, puedo matarte?-
-¿Sabes que soy un Licántropo?, te puedo arrancar el cuello antes de que lo intentes- dijo seriamente subiendo su mirada dejando ver nuevamente esos labios rosados y hermosos, pero en ese momento estaban abiertos y mostraban 2 hileras de caninos puntiagudos amenazando con atacar si no lo soltaban.
-Tranquilo, chucho o te cargarás la tradición -dijo lento sonriendo por eso, pasando su lengua lentamente por sus dientes sintiendo sus propios colmillos. Deseando de una forma intensa poseer al licántropo. Desconociendo la urgencia de obligar al Licántropo a sumisarse ante él.
-Vuelve a insultarme, y me cargo la tradición y el tratado de 500 años a la mierda- sintiendo una opresión en el pecho y en las entrañas. Deseaba atacar de una manera muy salvaje al vampiro que tenía enfrente, pero a su vez deseaba ser atacado por él y eso comenzaba a asustarlo. Porque deseaba con tanto deseo atacar a alguien que acababa de conocer y que nunca había visto, solo por su voz y tacto.
- iSeñores! a sus puestos estamos por comenzar- dijo el tipo anterior al notar la tensión y las amenazas entre ambos cabecillas de clanes.
El encapuchado que portaba la capucha de medianoche alejó su mano de forma brusca, rompiendo el contacto con el vampiro, para comenzar a caminar hacia su asiento y tomar asiento en el, colocando sus manos a los lados apretando esta con fuerza para de alguna manera canalizar el coraje que el vampiro le había provocado.
Por otro lado el encapuchado de rojo y dorado volvió a su asiento con total elegancia.Pero con una sonrisa y un deseo totalmente reflejado en sus dedos, por como jugaba moviendo sus dedos entre si hubiera sostenido algo delicioso.
El tercer encapuchado, el portador del color violeta y dorado que pudo observar todo desde donde estaba apretó las manos molesto, incluso irritado. Le molestaba muchísimo que alguien hubiera sido capaz de llamar la atención del vampiro, más bajo unas capas que impiden ver los rostros. ansiaba ver a su competidor, ya quería que culminaron esa estupides para poder ver el rostro de su contrincante.
- Damas y Caballeros, préstenme su atención, porque comenzaremos con el quinto centenario del tratado- anunciaba para hacer que todos los invitados tomaran asiento y comenzaran.



Comentarios
Publicar un comentario